viernes, 27 de enero de 2012

COACHING EJECUTIVO, ¿Y ESO QUÉ ES? La dificultad de vender un proceso de coaching


Cuando me presento a una empresa y ofrezco la posibilidad de llevar a cabo un proceso de coaching ejecutivo, la contestación que frecuentemente escucho es ¿Y eso qué es? Y lo más sorprendente es que, incluso para mí, es difícil de explicar ya que, como algunas otras cosas en la vida, son más fáciles de comprender cuando se viven, se prueban, se experimentan.  

Se habla y se hace coaching desde hace años pero para algunos empresarios, todavía suena extraño. Uno de los motivos de este desconocimiento es que la persona responsable de decidir contratar  al coach no conoce en qué consiste, qué es y qué metodología utiliza. Otro de los motivos es no conocer de antemano la respuesta a esta pregunta: ¿qué beneficios aportará a mi empresa? El día a día confirma que los empresarios lo que esperan sobre todo del coaching es que gracias a él haya un punto de inflexión y se produzca un cambio en la organización con el fin de mejorar, que el coach le proporcione soluciones rápidas sin ninguna implicación, y que sobre todo, afecte en positivo a la cuenta de resultados.

El coaching se trata de un entrenamiento en el que el coach (profesional del coaching) mediante una metodología fundamentalmente práctica, pone a disposición del coachee (directivo) una serie de herramientas para que éste, aplicando y mejorando sus propios recursos, obtenga resultados eficaces y alcance de forma satisfactoria los objetivos propuestos por él mismo y por la empresa. 

Por eso, es interesante resaltar cuando se presenta el coaching ejecutivo que al trabajar directamente con la persona y sus recursos se consigue una mejora en sus competencias: la persona aprende a resolver conflictos, comunica de forma eficaz, aprende a aceptarse, a conocerse y en consecuencia, a relacionarse mejor con los otros, cohesiona a su grupo de trabajo, se anticipa a las dificultades porque conoce sus fortalezas y sus limitaciones, y sobre todo,  encuentra diariamente, una motivación.

La clave del éxito del coaching ejecutivo la podemos encontrar en la identificación de las necesidades que tiene el cliente. En ocasiones esta fase ocupa más tiempo que el aprendizaje práctico de habilidades propias de su puesto. Las necesidades que tiene son difíciles de definir pues ni si quiera el cliente las conoce ya que lleva trabajando mucho tiempo de la misma manera y le es complicado identificar los motivos del por qué sigue haciendo todo como siempre cuando los resultado no están siendo los mejores.

Como comentaba anteriormente, cuando estos beneficios no se conocen, los motivos por los que comprar coaching son muy diferentes. Normalmente, el profesional-coach ya conoce a la empresa por un contacto previo con ellos a través de otro servicio (consultoría, formación, etc.) y afortunadamente, como la relación fue exitosa, se decide contar de nuevo con él. Otra razón por la que se contrata depende totalmente de la persona que ofrece este servicio, pues si apuesta por él y lo demuestra en la venta, explica en qué consiste y para qué servirá, capta la atención de su interlocutor por el convencimiento de su discurso además de mostrarle los beneficios cuantificables de éste.

 Resumidamente, cuando hablamos en las organizaciones de coaching ejecutivo es fundamental resaltar que una empresa está formada por muchos eslabones, y que algunos de ellos, deben ser reforzados para unirse al resto con más fuerza. Hacer de los directivos/ mandos intermedios unos líderes genera que este crecimiento personal y profesional se proyecte en los compañeros, convirtiéndose en una cadena muy resistente y como muchas cosas en la vida, hay competencias y cualidades que se deben aprender con un entrenamiento adaptado como propone el coaching.

Mónica Salvador Marí

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