Para aprender a cocinar
necesitas ingredientes, utensilios e instrucciones con las que guiarte para
elaborar el menú.
Esto es lo que ayer, jueves 23 de
Febrero del 2012 tuvieron que hacer los profesionales del sector del metal asociados
a la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (FEMEVAL) para que, entre
todos, pudieran acabar comiendo lo que ellos mismos habían cocinado.
La Consultora de recursos
humanos Equipo Humano diseñó la actividad siguiendo una programación bastante
completa a través de ejercicios prácticos con los que poner a prueba las
competencias que a día de hoy se exigen a los trabajadores para ser más
eficientes y resolutivos.
Previamente a situarse frente a
los fogones y seguir las indicaciones de un cocinero especialista, tenían que
ganarse sus “Bonos de Consulta” al cocinero, con los que poder hacerle
preguntas y aclarar sus dudas.
Para empezar, un acertijo con
el que poner a prueba su capacidad de relacionar conceptos e ideas. Luego,
ayudados de una ficha, resaltaron sus puntos fuertes para empezar la mañana de
forma positiva y potenciar la escucha activa con la que retener información del
equipo contrario pues, cualquier pregunta relacionada con ellos, hacía ganar
puntos. Una vez “el calentamiento”, había que
llenar la cesta de la compra con los ingredientes, que no resultó ser
una tarea fácil para aquellos que no se habían planificado previamente.
Las pautas facilitadas por el
cocinero ayudaron a que recopilaran información y así se repartieron las tareas
en función de sus conocimientos y habilidades. Una vez en la cocina no había
que perder de vista el objetivo: Conseguir
deliciosos platos con los que el equipo ganador ganara su estrella Michelin.
Cambiar continuamente de
actividad, atender a toda la información que se estaba dando y generando,
organizarse muchas personas en una misma cocina, etc. Provocaron que, después
de comer y la valoración del jurado, pudiéramos reflexionar sobre planificación
estratégica, gestión del tiempo,
orientación a resultados, roles de equipo, comunicación e incluso
atención al cliente externo haciendo referencia al emplatado final.
Antes de despedirse, los profesionales
del sector del metal tuvieron que completar su “sartén de competencias”
haciendo su propia autoevaluación y adquiriendo un compromiso de mejora en
aquella característica profesional que más bajo habían puntuado con el fin de
desarrollar habilidades y herramientas con la que seguir mejorando.
Mónica
Salvador Marí
Consultora
Equipo Humano
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